jueves, 10 de marzo de 2011

El Congreso de bases es ahora

 Por un programa y un plan de acción común de toda la docencia universitaria 
 
Los docentes primarios y secundarios, los trabajadores estatales, los universitarios y preuniversitarios encaramos una negociación en medio de un brutal proceso inflacionario –cualquiera sea el índice, menos el oficial, que se considere- y con un deterioro salarial que se ha profundizado en estos dos últimos años como consecuencia de los topes impuestos por el Gobierno y las burocracias sindicales.
El sostenimiento del impuesto al salario –la llamada retención a las ganancias- y la profundización de la precariedad e inestabilidad laboral que se manifiesta bajo la forma de los ad honorem, los interinos, los contratados, los tercerizados, cierran un cuadro de evidente retroceso.
Frente a una situación de deterioro salarial y laboral en común, el Gobierno cierra con la burocracia de CTERA para ponerles un cepo a los reclamos de los docentes de los restantes niveles educativos, pero también para intentar limitar los de los estatales y los universitarios. El promocionado 27% no es más que una cifra maquillada: se trata de un piso “mínimo” que no se traslada a la escala salarial, conformado por pagos en negro y en cuotas. Además, al cerrar un acuerdo “nacional”, Ctera deja librada a su suerte a cada uno de los sindicatos para luchar en el mayor aislamiento sus mejoras salariales.
Esta dispersión, sobre la que opera el Gobierno para cerrar los conflictos, no es nueva. Sin embargo, se ha profundizado en estos últimos meses. Ninguna de las conducciones en que se ha dividido la CTA tiene una propuesta para enfrentar colectivamente la lucha salarial. Esta crisis –y sus consecuencias- también recorre el seno de la CONADU Histórica , sus posiciones y sus debates.
De un lado, el yaskismo que terminó por convertirse en una oficina más de la burocracia del Estado. Ahí está el acuerdo de la CTERA para marcar el camino de la integración. Y los acuerdos replicados por la UTE y SUTEBA. Del otro, el michelismo y su convocatoria a un Congreso en Mar del Plata, a fines de marzo.
La discusión en los plenarios de Secretarios Generales de la CONADU Histórica estuvo atravesada por estos debates. Hubo acuerdo unánime para ratificar el reclamo del 40% de aumento salarial y para llamar a un paro nacional en la semana del 14 de marzo, si el Gobierno no convoca a la Mesa de Negociación. No hubo acuerdo, sin embargo, en torno a cómo organizar y preparar un movimiento que extienda y lleve adelante estos reclamos.
Si bien se convoca a un nuevo plenario para el 17 de marzo para evaluar la eventual oferta del Gobierno; la CONADU Histórica , por primera vez en años, no tiene fecha de convocatoria para un Congreso de la Federación. Este solo dato debería llamar la atención de todos los compañeros y compañeras.
Con distintos argumentos, las listas Verde (michelistas) y Protagonismo y lucha (orientada políticamente por PCR) han subordinado la convocatoria a un Congreso de base de la Federación a la participación en el Congreso de la CTA. Allí , fundamentan, saldrá el plan que unifique nuestras luchas.
Pero ¿puede salir algo –fuera de la autoproclamación de una dirección- de un congreso convocado a fines de marzo, cuando la negociación salarial ya estará clausurada por el Gobierno y las burocracias, y donde participarán no los delegados de los sindicatos, con sus mandatos de asambleas, sino los representantes de las listas que participaron en las cuestionadas –por decirlo módicamente- elecciones de la Central ?
La Agrupación Nacional Naranja planteó en los sucesivos plenarios que, para alcanzar nuestros reclamos, quebrar este cuadro de atomización y apoyarnos en aquellas universidades donde ya se han pronunciado por un plan de lucha (Salta y Tucumán, en particular), la Federación debía convocar a un Congreso en Buenos Aires en la semana del 14 para abrir la deliberación entre los delegados con mandatos de asamblea de nuestras asociaciones de base para avanzar con nuestros reclamos, un plan de acción conjunto y la elección de los delegados paritarios.
Hasta concediendo a quienes mantienen alguna expectativa en el Congreso de Mar del Plata, esta convocatoria de la Federación hubiera preparado el mejor terreno para una lucha de conjunto.
Además, planteamos la necesidad de que el segundo día del Congreso fuera abierto a las asociaciones y docentes de otras federaciones. Y este es, más que nunca, un punto decisivo. Tenemos que convocar a las regionales (Córdoba, Rosario, Río IV, San Luis, Villa María) pero también a los docentes de las restantes universidades, a participar de un congreso abierto de la docencia universitaria. Llamarlos a romper con la Conadu vaciada por una burocracia que ahora confiesa que nuestro salario se amesetó, después de haber firmado todas las ofertas a la baja hasta la fecha. Sin duda, esta nueva situación cambiaría la historia del movimiento docente universitario y preuniversitario con un polo de la Conadu Histórica y estas asociaciones, de un lado, y con un agrupamiento minoritario de burócratas y sindicatos fantasmas, del otro.
Este Congreso de delegados de nuestras asociaciones de base junto con los de las asociaciones opositoras de la Conadu abre una perspectiva concreta para la negociación salarial que estamos encarando y también para la paritaria donde ya surgieron las maniobras del Gobierno para atomizar la discusión de un Convenio de Trabajo, único y nacional.   
Llamamos a las y los compañeros docentes de todas las universidades nacionales a debatir sobre estos problemas, a impulsar la propuesta de un Congreso abierto de delegados con mandato en este mes, a participar y deliberar en asambleas para extender nuestro reclamo y preparar un movimiento de lucha nacional. 
Néstor Correa (UBA) y Santiago Gándara (UBA)

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