miércoles, 9 de marzo de 2011

Así con la CTA no pasa nada

Para superar la división y alcanzar nuestras reivindicaciones hace falta un gran congreso de delegados de base de la Central

Las elecciones de la CTA sellaron la fractura que se venía anticipando ya de antes, sin que ninguna de sus fracciones algo hiciera para evitarla, remarcando así el inmovilismo en que está sumergida hace tiempo producto de su propia política.
Más allá del cruce de denuncias de fraude, muchos de ellos más que evidentes, lo cierto es que la posición de Yasky de profundizar la estatización de la CTA, a la que Micheli consintió en los últimos años, lleva a la CTA a un callejón sin regreso: la CTA se hundió como central alternativa como se autollamó en sus comienzos perdiendo la potencialidad a la que aspiró en su fundación.
Lo que fue antaño la subordinación a la Alianza, decisión común de los que hoy están enfrentados, siguió por la modificación de sus estatutos diluyendo el sentido de una central de trabajadores y la organización misma de la clase obrera en sindicatos. Tampoco se conocieron disidencias durante el gobierno K respecto a  la baja o nula intervención de la CTA frente a los problemas nacionales que enfrentamos los trabajadores o frente a conflictos gremiales particulares, lo que llevó a la Central a tener cada vez menos participación. 
Fue a partir de la crisis del gobierno con el campo que se mostró el comienzo de lo que luego se manifestaría como dos líneas enfrentadas y que se plasmarían en sendas listas en las elecciones, la 1 y la 10, una  absorbida en  el espacio K, otra cada vez más claramente atrás de Proyecto Sur, cuyo principal candidato, Pino Solanas, cerró la boca durante el conflicto en clara señal a la oligarquía terrateniente.
Sobre la base de este análisis es que durante las elecciones la NARANJA formó parte de  la constitución de una lista clasista e independiente del gobierno y de variantes patronales siendo sus principales dirigentes candidatos tanto en la lista nacional como en las distintas locales. La Lista 3, que se presentó en todo el país, denunció esta división “por arriba” de la central, levantó el  programa de las reivindicaciones salariales y laborales y una propuesta de superación a la crisis, estancamiento y disolución de la CTA.

CTA Micheli pierde una oportunidad

La CTA Micheli ha convocado a un congreso en Mar del Plata el 23 de marzo. Más allá de lo inoportuno de la fecha – puesto que lo enfrenta a la marcha por los 35 años del golpe- la convocatoria no podrá dar ninguna respuesta superadora para esta división instalada en la central puesto que los convocados a discutir son los mismos delegados elegidos como parte de la lista 1 en la elección con la que se estableció la fractura.
Frente a esta descomunal crisis llamar a un encuentro donde sólo participarán los que surgieron electos por la lista sábana en una elección fraudulenta dando la espalda a todos los afiliados pertenecientes a sindicatos que han quedado en la CTA K es no sólo una demostración burocrática, que muestra un  interés solo de aparato sino de profunda incapacidad.
Cuando más que nunca se necesita de un fuerte plan de lucha de todos los empleados nacionales y municipales para disputar con el gobierno quién se beneficia con los réditos del tesoro nacional,  quebrar el techo impuesto por la  burocracia de Ctera y que impacta en el resto de las paritarias de estatales y  enfrentar al principal negreador de la Argentina que es el propio estado, Micheli convoca a un congreso cerrado, donde estarán ausentes representantes y organizaciones genuinos. 
Conclusión: esta convocatoria no constituye ninguna propuesta superadora ni novedosa que pueda sacar a la CTA de la parálisis y debilidad en la que ha caído demostrando objetivamente cero interés en reorganizar a la central.


Para superar la división hay una posibilidad

Un gran congreso de delegados, no importa de qué lado hayamos quedado. Un congreso con representantes de base que discuta la reorganización de la central atrás de un fuerte plan de lucha nacional, por el salario, contra los despidos, por la incorporación a planta de los tercerizados o la estabilidad y con salario de los docentes, por el 82 % móvil para todos y por la personería tanto para la central como para los sindicatos de base que lo soliciten.
Las reivindicaciones y la situación de explotación son las mismas, los problemas de organización también. Necesitamos estructurarnos para  la pelea y para lograrlo la herramienta fundamental que tenemos es nuestra fuerza. No habrá ninguna salida con discusiones, y desde “arriba”.
Desde la NARANJA, como parte de la Lista 3,  llamamos a desarrollar en cada universidad este debate. Un congreso de delegados de base con mandato que nos permita la deliberación y la organización.  Lo otro es más de lo mismo. Débiles convocatorias, encuentros o reformas burocráticas, en definitiva, más sangría para la CTA.

Ileana Celotto (UBA)

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